Me he decidido a realizar ciertas reformas en casa y aunque la empresa encomendada era local, los ejecutores han resultado ser dos agradables y simpáticos bolivianos que como en muchas películas sobre obras en casa parodian, han pasado a formar parte de nuestras vidas. Por las mañanas acuden a mi domicilio en autobús, al levantarme son a los primeros que veo. Se traen la comida de casa en un “tupper” y apenas paran para beber y reponer fuerzas, son muy trabajadores. Descansan una horita para comer y tumbarse un rato en el césped a cobijo del sol que cae a plomo estos días de Julio y prosiguen. Seis o seis y algo de la tarde a por su autobús y vuelta a empezar.
Poco he hablado con ellos pero me conmueven por su sonrisa, bajo un sol abrasador: Los imagino volviendo dormir a un piso en el que densamente conviven multitud de paisanos por un módico precio. Preparándose el “tupper” para el día siguiente y a dormir, ni televisión ni nada, pues deben estar molidos. Como mucho el fin de semana harán un extra y se irán a la playa de a Malvarrosa o no sé que otras aficiones suelen tener. Quiero pensar que sonríen de felicidad por estar viendo colmadas sus aspiraciones y atrás quedan la penurias hasta llegar a conseguir un trabajo aquí y viendo el dinero que van enviando a sus familias allende los mares, donde con ese dinero serán unos triunfadores a la vuelta. Me traslada a nuestras experiencias similares de antaño a la vendimia francesa o a la evolución industrial de Alemania y Holanda de los 60.

Anteriores obras había vivido una situación similar, pero el país de origen era Rumania.
Otro inmigrante que me ha llegado a conmover en mi entorno es un marroquí que trabaja en un vivero cercano, el cual frecuento, hace un par de años me recibió este muchacho con su acento extranjero y con una amabilidad y una mirada feliz que recuerdo, hoy en día sigue igual de amable y feliz, aunque con menos acento pero con un “saber hacer” en su trabajo, que sigue conmoviéndome. Me lo imagino también volviendo a su tierra y aplicando todo lo aprendido aquí, llegando a montar unos impresionantes viveros cerca de Marrakech, dando trabajo a muchos de su entorno.
Mi conciencia me pregunta: ¿tú en que colaboras?, y pienso que mi gobierno al cual pago impuestos, se ocupa de darles Sanidad, Educación si tienen hijos aquí etc,.. bueno no sé si hay más etc. Creo que si no lo hay debería de haberlo por parte de nuestros gobernantes, y supervisar como lo están pasando, que necesitan en sus estancia aquí para hacérselo más llevadero y que incluso supervise en los países de origen oficinas de contratación par evitar las mafias que se aprovechan de cualquier descontrol.
Espero de corazón soluciones, y últimamente todo alrededor me lo recuerda.
- Malta 51 emigrantes atrapados en la maraña burocrática a los que no les dejan desembarcar.
- El blog que admiro con asiduidad CIERTA DISTANCIA su último post sobre el libro “La maleta”.

El link de una ONG mas adecuada y colaboradora:
www.unav.es/digilab/proyectosda/2001/ali/
- ¡Y mis reformas en casa!.
Espero que terminemos normalizando la situación.